La Sinfonía Coral "Ánimas de Guasare"

Es una obra creada por el Prof. Francisco Chirino, estrenada el 18 de octubre del año 2018 en la IGLESIA NUESTRA SEÑORA de la CANDELARIA en Puerto Cumarebo estado Falcón, y posteriormente presentada en el Teatro ARMONÍA DE CORO y en la SALA JOSÉ FELIX RIBAS del TEATRO TERESA CARREÑO Caracas en conmemoración al centenario de los acontecimientos de 1912, cuyo contenido artístico relata musicalmente en tres movimientos, la sensible historia que se negó a ser olvidada.

Estado Falcón - Puerto Cumarebo; 2018

PRESENTACIÓN

1912, año en que se desarrolló uno de los eventos que quedarían grabados por siempre en la memoria colectiva de los falconianos, y que dieron paso a una manifestación popular de espiritualidad y devoción: Las Ánimas de Guasare,

En los años precedentes a 1912, en la Península de Paraguaná acontece uno de los fenómenos naturales más devastadores, una sequía que se prolongó por varios años, una disminución progresiva de las lluvias que fue desencadenando problemas en la cotidianidad del paraguanero al no poder satisfacer sus necesidades alimentarias provocando una feroz hambruna que significó el éxodo de familias hacia la ciudad de Coro en busca de agua y alimentos, quedando muchas de ellas sucumbidas en el trayecto, a consecuencia de la dura travesía.

En memoria a las numerosas familias que no lograron llegar a su destino y cuyos restos mortales quedaron sembrados en el camino árido, bajo la arena dorada, entre la vegetación xerófita, se levantó un santuario en el cual, devotos y necesitados de algún favor divino, acuden a la Ánimas benditas de Guasare para ser beneficiados, actuando así, como intercesores ante el Supremo Creador.

Texto de la obra descripción literaria y musical

ÁNIMAS DE GUASARE

ÉXODO

El primer movimiento que nos introduce en la obra, en sus primeros compases, son una síntesis del contenido y del eje central del acontecimiento, seguidamente, se muestra un primer plano donde se percibe serenidad y tranquilidad con una base armónica cíclica contínua, representando la rutina diaria del paraguanero, protagonizada por la sección de cuerdas donde nos dibuja lo fresco y lo hostil del paisaje, escenario natural donde se desarrollan los eventos, que nos van llevando progresivamente a la incertidumbre; la sección de viento madera enmarca esa percepción de angustia en resumidos compases con un aire pastoril, que súbitamente termina con toques de campanas, evocando el naturaleza religiosa de la obra, influenciada en el catolicismo, muy arraigado en estas tierras del estado Falcón. Seguidamente, nos adentramos, nuevamente el campanario hace presencia, ya no con el toque de misa ordinaria, sino funeral, la situación empeora, los bajos son más prominentes, haciendo énfasis en el unísono grave y acordes con una sensación dramática;, se presenta la desolada e impredecible espera con cortos compases que denotan una leve esperanza en que la situación pudiera mejorar, el texto del coro expresa esa intranquilidad en una estructura musical homofónica con una base orquestal de contrapunto en las cuerdas:

I - Tierra árida, sol incandescente, figuras negras circundan mi cielo, acechando carroña, estancia paraguanera de mis alegrías, de mis angustias, apiádate de nosotros …

Las voces del coro en el siguiente texto, interpretan una descripción visual y auditiva con efectos sonoros superpuestos de acordes cerrados (clusters), de estructura musical fuga (canon), con subdivisión de todas las voces y una base de idiófonos sacudidos in crescendo y decrescendo, transportándonos al paisaje ya desolado por la inclemencia del fenómeno natural:

-Sol, cielo, mar, brisa, arena, veo soledad, desconsuelo trae el viento; el médano…

En cada comunidad o poblado resuenan oraciones con la misma estructura polifónica, el coro continúa su protagonismo sobre una base orquestal lineal y un recorrido melódica en los violoncellos:

-Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal, amén… Dios te salve María llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, Santa María, madre de Dios ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

TRAVESÍA

El segundo movimiento de la obra lo asume como base protagónica, una base rítmica corporal expuesta por el coro y la orquesta, utilizando recursos de manos y pies, percutiéndose entre sí, y con otras partes del cuerpo, creando el efecto auditivo del caminante con la incorporación posterior de la sección de percusión, una batería muy diversa y rica en instrumentación con una textura rítmica muy marcada y sostenida que sirve de fundamento para en coro y eventuales apariciones de las cuerdas, viento madera y viento metal, exponiendo el extracto de la melodía central.

Un largo recorrido, la decisión está tomada, hay que abandonar todo, el trayecto hacia la ciudad de Coro es definitivamente inevitable, perecer en el lugar o intentarlo, realizar una travesía de casi dos días caminando, cruzando la zona desértica del istmo de los médanos, con un sol inclemente, poca vegetación, ausencia de agua y alimentos, así nos precisa el texto coral:

II -. Solo veo desolación y precariedad, con aullidos asonantes: el viento penetra mis sienes, hambre y sed se apoderan de mi conciencia.

CONSUMACIÓN

En el último movimiento se expone la última visión del paisaje que se observa en el istmo, esa combinación entre la sierra falconiana, el follaje del cují, el cardón, el médano y más abajo los espejismos que se figuran del reflejo del sol sobre el desierto, la exposición de este evento le corresponde al coro y la sección de cuerdas, mostrando una polifonía de textura polifónica.

III -Frente a mí el paisaje tenue del médano y la sierra, veo un espejismo deslumbrante, siento el sol que me oprime con brazos de arena, un sueño profundo me invade después de cruzar mil cujisales, puedo verme desde arriba.

Ya está consumado el destino, es la transición de lo humano a lo espiritual, es un hecho el paso definitivo, la última visión del paisaje tenue, y para ello las cuerdas evocan el pasaje central con las cuerdas, seguidamente del coro, incorporándose progresivamente la totalidad de la orquesta con una expresión de solemnidad como preludio para el mensaje final:

Voy a mi destino eterno, ofrendar por siempre: interceder ante el Padre por los favores terrenales.